viernes, 25 de enero de 2013

EL ESPACIO AMERICANO EN DECLIVE

Ayer varios periódicos nacionales nos sorprendieron con la noticia de que Nueva York estaba poniendo en marcha una promoción de microapartamentos prefabricados, les adjunto el vínculo del artículo de ABC por resultarme más atractivo al darnos más información visual con las plantas de los nuevos cubículos.

Según comenté al añadir este artículo a mis marcadores de redes sociales, mi primera reacción fue un escalofrío al recordar el tiempo que he trabajado en obra y sentir en la piel lo desagradable de habitar una caseta prefabricada en un uso de oficina, compartido con compañeros de trabajo, sobretodo pensando en la sensación térmica al entrar, la instalación deficiente de climatización y la falta de aislamiento acústico que dan los paneles de chapa con poliuretano.

Por supuesto no estoy simplificando la relación entre un estadio y otro, tengo la esperanza de que el equipo ganador, con esa infografía mentirosa que nos aportan, estudiarán con rigor el microespacio y le dotarán de soluciones constructivas e instalaciones que conviertan la idea de la caseta prefabricada en algo peregrino.


Sin embargo, el aspecto más decepcionante de todo, es la idea de crear esos apartamentos de 23 y 34 m2 en los que la vida se va a resolver con el "quítate tú pa ponerme yo". Los arquitectos, en paradigma de la modernidad y adaptación a los nuevos y cambiantes tipos de vida, hemos encontrado en el movimiento de muebles y tabiques una respuesta inmediata que parece satisfacer nuestro ego, pero que va a convertir la vida de los usuarios de la vivienda en poco menos que un desastre. 

No concibo la vida de un neoyorquino de esos que van con tanta prisa a la oficina y trabajan tantas horas, restando 20 minutos más de su sueño en esa carrera de horarios leoninos que se gastan, para recomponer su cubículo, escamotear su triste y solitaria cama (porque mucho tienes que querer y aguantar a quien comparta el 23m2 contigo) y dejando la salita como un pincel después de recoger la ropa del día anterior en su microarmario.

¿Verdad que no pega? 

Si el proyecto se materializa, por favor, que sus habitantes publiquen sus historias, sí que será un estudio sociológico y no gran hermano.

¿Y porqué el título del post? Ahora creo que es evidente, pero le añadiré unos párrafos más.

Si hay algo que admiro y me fascina de la arquitectura americana es el uso del espacio que hacen, del gran espacio, no tienen que buscar ustedes grandes edificios, es algo que se percibe en cualquier serie que vean en la televisión cuando los protagonistas hablan en la habitación, van a un bar, entran en un apartamento cochambroso y sucio o aparece esa peluquera autoritaria que levanta negocios en ruina. 

Evidentemente la tele también es un poco mentirosilla en las escalas, pero haciendo el factor escala pertinente, tomando la referencia de las casas de las series españolas, los estadounidenses siguen disfrutando de más metros cúbicos que les aportan mayor calidad de vida, de ahí la luz roja que se me enciende al conocer este artículo y pensar que este recorte de metros "excepcional" aprobado en la ley de zonificación, pueda convertirse en no mucho tiempo en algo habitual.

Estimados neoyorquinos, ¡bienvenidos al cicaterismo especulador español!







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