jgg arquitecto: PFC. CENTRO DE ARQUITECTURA MODERNA EN SALAMANCA

Último ejercicio teórico y primer proyecto completo para desarrollar, el Proyecto Final de Carrera se configura como la prueba en la que los arquitectos demostramos nuestra capacidad de creación y los conceptos asimilados durante nuestra formación.

El tema propuesto para el ejercicio es un Centro de Documentación de Arquitectura Ibérica Moderna y Contemporánea en Salamanca situado en un solar en pleno casco histórico de la ciudad de Salamanca entre la Plaza de Carvajal, la Catedral y el Huerto de Calisto y Melibea.

De esta serie de reflexiones comienza un trabajo de búsqueda de líneas sencillas de proyecto, la abstracción de formas, la referencia a elementos exteriores o los edificios del entorno con su línea de cornisas encauzaran el proyecto hacia la búsqueda de un edificio que goce de esta serie de elementos compositivos.

Este concepto se toma para el desarrollo del edificio que estamos tratando, generando una primera idea de un basamento pesado del que surgen cuerpos ligeros, de donde saldrá una plataforma de granito, material profusamente usado en Salamanca con cuerpos que floten sobre ella. Esta plataforma se utilizará para unir el proyecto con la ciudad, como si fuera una roca en la que se ha ido esculpiendo, así se modifica para adaptarse a las situaciones de un contorno tan difícil de tratar como el de la parcela que nos ocupa, con diferencia de cotas y de gran irregularidad en los bordes.

Es en el punto donde la plataforma se encuentra con la plaza de Carvajal donde se producirá un gran “mordisco” en la roca que posibilite la relación del edificio y la Plaza, alargando ésta hacia el interior del edificio.

De un análisis de los espacios que rodean al edificio nos encontramos con dos estados entre los que se interpone el edificio y que debe resolver: por un lado están las dos plazas, Carvajal y Los Leones, espacios públicos con afluencia de gente que recorre los alrededores de la Catedral y también nos encontramos con el polo opuesto: el Huerto de Calisto y Melibea, un jardín creado a raíz de la historia de dos enamorados, en el que se pretende darles intimidad.

Para responder a estas dos situaciones el edificio configurará el paso entre ellas mediante una serie de bandas en planta que recogerán distintos usos, vinculando los más públicos hacia el lado de las plazas y los más privados hacia el Huerto.

Esto hará que el edificio público, con las salas de exposiciones, salón de actos, etc. Se sitúe inmediatamente pegado a las plazas, mientras que en la zona del jardín se localicen los usos de biblioteca y residencia de investigadores.

Por encima de la plataforma se observan dos cuerpos: un prisma de marcada horizontalidad y otro vertical. El primero se materializa en vidrio y recoge la sala de exposiciones permanentes. El vidrio que lo compone puede variar su apariencia, cambiando de parecer un vidrio tratado al ácido a ser totalmente transparente gracias a una capa de polímeros situada entre sus hojas. Esta variabilidad de la piel del edificio hace que éste se abra o cierre al exterior, pudiendo contemplar las vistas de la catedral y de la ciudad o convertirse en una caja cerrada sin referencias externas.

El programa de residencia se sitúa en el segundo edificio, que se presenta como una caja de acero cortén que flota sobre la plataforma y que es recorrida por una grieta de cristal que se ensancha o estrecha según las necesidades de los espacios a los que ilumina.